Hace ya un par de años más o menos que la WWE decidió convertirse en una «empresa de entretenimiento familiar», convirtiendo el wrestling (o sea la lucha libre de estilo gringo) en un circo mediático dominado por gente de carisma y habilidad en el micrófono y NO por luchadores de habilidades técnicas.
La era Attitude de escándalo y madrazos (¡cómo olvidar al sensacional Stone Cold Steve Austin!), la original ECW con demencia de algarabía (Sabú y Sandman sangrando a morir) y las Divas en luchas de lencería habían quedado, para siempre, enterradas en el olvido. Mr. McMahon hizo de su empresa un circo mediático donde los guiones de los ángulos cada vez son más pueriles, e incluso, ha pedido que se omita como el termino de espectáculo «deportivo», a cambio de «entretenimiento».
Varias han sido las personalidades de la empresa que han preferido por una u otra causa abandonar el Crucero del amor en que se ha convertido la WWE, dónde sus principales campeonatos cambian de manos cada determinado tiempo, pero siempre van rolando entre los mismos nombres que, nada gratuitamente, son los de los luchadores que mas ganancias en plata le dejan a la empresa: John Cena, Batista, Triple H, Randy Orton y de vez en cuando otros de mejor talante técnico, o de trayectoria considerada legendaria, como el recién retirado Shawn Michaels o TheUndertaker pueden acceder a los cinturones principales. Vamos, que ni Rey Mysterio, el luchador que más ingresos en venta de merchandising deja a la empresa (nomás por el número de máscaras que vende) se le ha permitido obtener en más de una ocasión el Campeonato Mundial de Peso Completo.
Situación que parece revertirse paulatinamente si tomamos en cuenta que a últimas fechas gente como CM Punk, Jack Swagger y el irlandés Sheamus, todos ellos prácticamente «gente nueva» en el rooster (aunque fuera de la WWE lleven varios años en el wrestling independiente) ya han alcanzado méritos suficientes como para alzar algún fajín estelar.
Pero volviendo al tema de la escaza calidad de los matches que presenta la WWE, en contrapeso tenemos a lo hecho por TNA, empresa que aunque aún no se convierte en una opción de competencia real en ratings o cobertura de eventos estelares en vivo (ni en PPV), sí se esmera en respetar, de alguna manera el espíritu real del wrestling gringo, que aunque no deja de ser show, también es justo reconocer que sí es fuente innagotable de buenos golpes.
Una de las grandes figuras que más recientemente dejó la WWE es Jeff Hardy —un suicida que es capaz de jugarse la vida en cada lance—, quien después de un problema legal de posesión de sustancias, se enroló en la empresa TNA, empresa que, como ya dijimos, se empeña en mostrar ángulos un poco más creíbles y cargados de la violencia que ya no se puede ver en la WWE, como lo muestra este impresionante clip donde James Storm lanza una bola de fuego directo al rostro de Hardy, quien se supone está lesionado por el incidente. Esto sucedió apenas el pasado lunes 12, pero no se transmitió en las grabaciones de TNA iMPACT, no por censura, sino que la empresa decidió ponerlo como clip especial en su canal de Youtube:
— Con información de superluchas.net
Pecados Ocultos 