...y luego de sus gracias, termina chillando...
Lo que es tener muy poca clase, ser muy mal colega y además padecer de mala memoria… cuando el olvido te favorece.
El malandro guardamenta del club Santos Laguna y ex portero de la selección mexicana, Oswaldo Sánchez, mostró el cobre de muy mala manera la noche de ayer en el Territorio Santos Modelo, nuevo estadio de La Comarca Lagunera, donde crecido ante un público que coreaba su nombre no tardó en hacer mofa de la pifia de Guillermo Ochoa que significó el único gol de la escuadra norcoreana y que para ese minuto ponía el marcador 1 – 1.
El error de Ochoa fue imperdonable, no lo objetamos; pero el “objete” de Sánchez —conocido por ser de esos “lidercillos” que gusta de dividir vestidores en su beneficio— no tendría porque haber demostrado tan poco profesionalismo al aprovechar las cámaras que lo enfocaban y ponían en las pantallas gigantes del estadio mientras él hacía la finta de saltar a la cancha para «sacar» al que hoy por hoy es el titular indiscutible de la Selección Mexicana.
Es justo señalar que Ochoa no la tiene nada fácil para mantener ese estatus, pues porteros como Luis Michel del Guadalajara viene ganándole terreno a últimas fechas, sin embargo no es novedad que Oswaldo Sánchez busque “mover las aguas” nuevamente a su favor, tal y como lo hizo en la lamentable era Ericksson, aprovechándose del desconocimiento del estratega sueco para hacerse de nueva cuenta de la titularidad de la verde, cuando todos los aficionados sabemos que fue un grande de las porterías, pero que hoy día ya es cartucho quemado.
Además, un elemento que ya ha sido encarcelado en los Estados Unidos por escandalizar en un hotel en estado de ebriedad y ponerse “muy león” con la policía gringa (el 8 de junio de 2008, justo después de derrotar a Perú 4 – 0) es lo que menos necesita el equipo nacional.
Por si fuera poco, recordemos lo siguiente: mientras que el error de Ochoa no significó nada trascendente ni para su carrera individual ni para los logros de la selección, existe una pifia aún más lamentable por parte de Oswaldo Sánchez que parece él mismo haberla olvidado y que sí caló en el orgullo patrio: era febrero del 2009 cuando se disputó el primer partido del hexagonal final de la CONCACAF con miras al próximo mundial de Sudáfrica y ante el enemigo más odiado, los Estados Unidos, allá en su propio territorio, del que la selección azteca salió vapuleada 2 – 0. Ahí comenzaba una de las peores rachas de los nuestros, justamente con Sven Goran Ericksson en el banquillo y, cómo no, Oswaldo en la portería, tándem que casi nos cuesta la clasificación.
Si no me creen, júzguenlo ustedes mismos.
Pecados Ocultos 